Hace poco una persona se acercó y me dijo: “Realmente no entiendo cómo funciona Twitter…”
Si bien todavía se escuchan estas cosas, es cada vez menos, porque el índice de adopción de esta red social es espectacular, especialmente en el mundo empresarial y de los negocios.
Si tu empresa necesita vender, Twitter es un canal para nada despreciable, y desde EGA Futura te explicamos cómo hacerlo: http://www.EGAFutura.com/negocios/twitter-herramienta-ventas
Hoy nacieron dos pajaritos en uno de los balcones de EGA Futura! pic.twitter.com/D73tbDI0ps
— Juan Manuel Garrido (@EGAFutura) October 28, 2013
El arte de la comunicación, aunque practicado por muchos siglos, sigue siendo un reto, especialmente en el ámbito laboral. Los malentendidos o las frases mal explicadas están a la orden del día.
Sin embargo, aunque común, esto no es aceptable para quienes quieren ascender en la escala laboral. Por ello, es necesario cultivar hábitos que nos ayuden a comunicarnos mejor, vender nuestras ideas y administrar nuestro recurso humano de la manera más eficiente.
A la hora de redactar un informe, un correo electrónico o incluso un comentario en un foro, es importante releer antes de enviar. Aquello que sonaba tan bien durante la redacción puede carecer de sentido ante una segunda lectura.
Ese es el momento de aclarar la información, utilizar algún software para descartar cualquier error ortográfico o gramatical y hacer nuestra comunicación lo más clara, concisa y eficiente posible.
Sin embargo, tampoco hay que caer en los excesos. El síndrome del escritor podría llevarnos a jamás estar satisfechos del resultado.
A la hora de decir o escribir algo, debemos considerar si esto va a generar respuestas positivas, negativas o neutrales, y cómo lidiar con ello. Incluso, hay que considerar la posibilidad de que la comunicación no genere ningún resultado y se deban buscar maneras más efectivas de enviar el mensaje.
Si cabe la posibilidad de que un mensaje genere respuestas negativas o contrarias al objetivo, es momento de replantearla de manera que logre lo esperado o lo más cercano posible a la meta.
Lo que necesito decir, ¿es útil, pertinente y necesario?
Parece sencillo y evidente, pero muchas personas terminan hablando por hablar y escribiendo por escribir. En el mundo actual, en el que las bandejas de entrada de correo electrónico se salen de control ante tantas ocupaciones, no es grato perder tiempo con un correo completamente prescindible o que no va al grano pronto.
Igualmente, a nadie le gusta encontrarse retenido en una conversación poco interesante que no avanza a ningún lado o, en un escenario más corporativo, en una reunión de personal que parece no tocar ningún punto relevante o llegar a un resultado concreto.
Por ello, antes de hablar, estas preguntas filtrarán lo importante de lo prescindible.
Juan Manuel Garrido 
Escrito
en 3 May, 2013